Colaboran:

Colaboran:

Fuente:

domingo, 22 de abril de 2012

QUINTO DÍA, 2ª SESIÓN. LILLIE & SARAH, TEATRO ELEGANTE PARA LA ÚLTIMIA SESIÓN DEL CERTAMEN



La última sesión del certamen apuesta por el teatro elegante, el teatro de Oscar Wilde. Representan Lillie & Sarah, texto basado en la obra de este autor encarcelado por su condición de homosexual. Son tres actrices en escena y otras tantas profesoras, más un profesor, fuera de escena preparando a las actrices, peinándolas, maquillándolas  y estirando los evocadores trajes del elegante vestuario. La escenografía es muy cuidada, bien elegida, de época, con detalles que añaden y no ensucian, muy limpio a pesar de la cantidad de cosas, con un biombo, tan evocador,  que sirve también de cambio de vestuario. Las actrices están muy trabajadas de voz, de movimiento y de interpretación. Aunque jóvenes parecen muy mayores en escena, lo que demuestra una gran solidez en escena. Vienen de Alcala de Guadaira, Sevilla, y, a pesar de que traen una obra muy bien trabajada, aseguran que es la primera vez que utilizan iluminación de teatro. Las profesoras también se quejan de la marginación que vive el teatro en su centro, lo cual compartimos todos los teatreros, lo difícil que resulta trabajar con todo el mundo si no en contra, al menos con resistencias: que si el presupuesto, que si los niños pierden clase, que si los profesores dejan de dar clase..., cualquier que haya hecho teatro en un centro, o lo conozca de cerca, sabe que se trabaja el triple, que el teatro es un gran recurso educativo que cataliza un montón de competencias (lingüística, artística, social), que mejora la dicción y aumenta la autoestima y que los alumnos no sólo no pierden clase, sino que les ayuda a seguir y a ser mejores estudiantes. Mucho teatro, entonces.

                                                                              JOSE AURELIO MARTÍN
                                                                              texto: Alberto Sánchez.

1 comentario:

imÁginaTeatro dijo...

Totalmente cierto lo de las resistencias que encontramos en los centros y lo de que los teatreros trabajamos el triple. No sé, eso sí, si alegrarme ("mal de muchos...") o, definitivamente, deprimirme viendo que estas cosas no varían vayas donde vayas...
¡Ánimo para todos los que creemos que hay pocas cosas más importantes en un centro que hacer teatro!